Luces, cámara, ¡acción! [Lihyan]

Acababa casi de llegar a este lugar... Admito que en principio no me agradaba, con todos los sobrenaturales corriendo libremente por ahí, sin hacer el más mínimo intento por ocultarse o por ser al menos un poco más "humanos" y menos obvios, pero después comprendí. En realidd aquí hay igualdad y personas como yo no tienen que hacer tanto para mantener todo en orden y en equilibrio porque aquí no tengo que ejercer justicia.

Y aquí estoy en desventaja... porque la mayoría pueden hacer muchas más cosas de las que puedo hacer yo. Aquí los cazadores somos el equivalente de humanos.

O tal vez no, igual sólo necesito adaptarme, y eso es algo que hago muy bien. Conozco a los sobrenaturales, ninguno me toma por sorpresa.

Decido tomarme un descanso e ir al cine a ver Avengers o alguna película de acción. Ya me había instalado. Decidí sólo vivir en el Cuartel, ¿para qué tener aparte una casa? No suelo estar en casa, qué aburrido. Me formo en la fila de las entradas y me quedo pensando si tal vez sea buena idea pedir un trabajo en esa escuela mágica, sólo para ver que no les enseñen a ser horribles con los humanos.

Acababa de tener una pelea con varios ángeles y estaba corriendo, ya que no podía hacer nada en contra de ninguno, pues estaba yo sola y no tenía quien me guardara las espaldas. Dejé de correr un poco cuando ya noté que no me seguían y comencé a caminar. Pasé por enfrente del cine y me quedé mirando la imagen de la nueva película de marvel, eso iba a ser la ostia, yo definitivamente tenía que venir a verla, se lo diría a Kyo que a el le gustaba el capitán igual que a mi, ademas también estaba Iron Man.

Y mirando el cartel me tropecé con alguien, a quien empujé de inmediato- Aprende a caminar antes de salir a la calle- dije antes de mirarlo a la cara, cuando levanté la vista y vi a aquel hombre, la cosa cambió, estaba para hacer una película de Marvel perfectamente- Te perdono- dije con voz calmada- Le puede ocurrir a cualquiera.- dije sabiendo de antemano que la culpa había sido mio, pero sin darme la gana reconocerlo.

Lo miré de arriba a bajo estaba echo para el pecado, seguro que era un dios, como Thor, venía de otro planera, eso seguro, por que madre mía, la perfección hecha carne y hueso.

Estaba tranquilo y ya llegaba alguien a incordiarme. Una chica que lo que tiene de guapa, lo tiene de malencarada y desagradable. Incluso me dice que debo aprender a caminar, cuando ella fue quien tropezó conmigo. Una mirada a su aura me hace ver que es una demonia... genial. Lo único que le falta a este mundo son demonios malencarados y prepotentes.

- Después de ti, encanto.

Le sostengo la mirada y decide perdonarme... como si me importara que me perdonara. ¿Por qué todos los sobrenaturales se sienten superiores? Es justo lo que me desagrada de ellos. Sin embargo, le extiendo la mano.

- Soy Akela.

Iba a decirle "encantado de conocerte", pero suena demasiado trillado y tampoco estoy seguro de estarlo.

Estaba de toma pan y moja, este a mi no se me escapaba, todo eso pensando que no fuera gay, ya que con la suelte que tenía últimamente en la vida todo podía ser posible, pero leyendo un poco sus pensamientos me dí cuenta de que no era gay, ahora solo había que comprobar si era macho. Al final optó por decirme su nombre y yo por mantener una sonrisa coqueta, esto era lo que yo había estado buscando toda mi vida, e iba a conseguirlo costase lo que costase, y algo me decía que no me iba a resultar muy complicado...

- Yo sí estoy encantada de conocerte- le dije sonriendo. Más bien digamos que estoy deseando conocerte.

Me quedé mirándolo de arriba a bajo, estaba bastante comestible el... madurito digamos, ya que tenía su edad, era evidente pero a mi me encantaba este tipo de hombres, ya que era poco probable encontrártelos por aquí.

- Lihyan- le ofrecí mi mano.

Lo logra, me hace reír. Es divertida esta chica, cínica como ella sola. Mira que decirme que ella sí está encantada de conocerme cuando acaba de decirme que debo aprender a caminar. Cambio el peso de mi cuerpo a un sólo pie y cruzo los brazos. La miro, pero no lo hago descarado simplemente porque ella sí lo está haciendo. Lo sé, soy guapo, pero no voy tampoco por ahí considerándolo mi única cualidad.

- Eres divertida.

Me da su nombre. Buen nombre, al menos no tenía nombre de princesita. Le tiendo la mano también y estrecho la suya.

- ¿Qué vienes a ver? Dime que no la peli romántica.

Que dulce que era, este tío y estaba bueno a rabiar... sinceramente ya estaba yo planteándome como hacer para que cayera en mis brazos, aunque pensándolo bien, con el cine al lado, ya tenía medio camino recorrido, aunque claro viendo los vengadores... no sé yo.

Dios... ya hacía tiempo que un tio no me ponía como lo estaba haciendo este tipo con nombre de animal y pinta de animal, ademas de tener ya sus años a cuestas.

- No me van las pelis románticas... soy más de la acción, acaso- me señalé la forma en la que iba vestida- ves que yo tenga pintas de entrar a Titanic?

Me quedé mirándolo con una sonrisa macarra pero seductora a la misma vez, luego paseé mi ojos de arriba a bajo observando su bien estructurado cuerpo.

Aunque parecía bastante extraño en verdad, al menos para mí, esta chica demonia y yo parecíamos llevarnos bastante bien. Pese al comienzo que no fue el más afortunado en realidad. Pero la verdad es que en cuanto se le pasan sus aires de grandeza al menos un poco, es bastante agradable. Y bueno, no voy a negar que está como quiere. Es sensual y no dejo de mirarla, aunque no lo hago tan descarado.

- No sé, lo clásico es que las chicas vean películas así de estúpidas. Pero ya que vas a ver acción... Porque yo no sé si ver Avengers o los Hombres de negro. Ambas tienen su atractivo.

A diferencia de mí, que intento no parecer un pervertido, ella sí me mira con descaro. Le devuelvo la mirada, olvidándome de toda pretensión. La verdad es que es guapa y sí que me la encamaría. Y es justo esta actitud lo que me atrae. Detesto a las princesitas estúpidas.

- Sugiere... podemos entrar juntos.

Ya me estaba proponiendo una cita... ahora solo quedaba ver quien le metía mano a quien antes, este tío me ponía de una manera sobrehumana, demoníaca, una sonrisa picarona y de satisfacción iluminaban mi cara, me mordí el labio inferior.

- The Avengers, hay más acción. ¿Por cierto te he dicho ya que me encantas?.

Estaba tremendo y se acababa de convertir en mi objetivo numero 1, este tío o era para mí o no era para nadie, eso es lo que había. Me iba a tocar matar a más de una garrapata cuando se le acercara.

Oh, no... esta chica hasta se muerde el labio. Cielos, cómo amo ese movimiento. Al final ella se decide por ver Avengers.

- Genial entonces.

Volteo a ver al tipo de la taquilla y compro las entradas. Pago con efectivo... odio esa porquería de las tarjetas de crédito, me parece tan pijo. Tomo las entradas y le cedo el paso.

- Después de ti, encanto.

Me detengo en la dulcería, por si quiere algo para comer durante la función.

- ¿Algo para comer? Podemos esperar a que termine para... comer algo.

La repaso con la mirada, deteniéndome más de lo que debiera en sus pechos. Ella es ciertamente lo que yo me quiero comer de postre, pero tal vez algo como entrada no esté nada mal.

Pretendía comportarse como un encantador caballero lo que me molestó mucho, odiaba a los que pretendían ir de caballeros, para mirarte el culo cuando pasabas tu antes que ellos. ¡Joder!, que dijeran que me querían mirar el trasero que iban a quedar mejor, al menos conmigo. No me gustaban esa clase de babosadas, pero bueno. Pero de todas maneras le sonrío y entro hacía dentro, el había comprado las dos entradas antes, me encantaban que los planes salieran de manera inesperada, era divertido...

- Ooohh, invitaciones varias. Me gusta- dije sonriendo coquetea y seductora- Por cierto la próxima vez que haya que entrar alguien antes, te toca a ti, que a mi también me gusta mirar el culo de alguien que tenga tu cuerpo.- Le dije sonriendo- Bueno yo como durante y después, no sé como será tu estomago, pero el mio aguanta. Voy yo por las palomitas y las bebidas y tu te encargas de las gominolas?

Y aunque se lo hice en forma de pregunta me dio exactamente igual la respuesta que me pudiera dar. Me iba a dirigir hacía la barra de palomitas e iba a comprarlo todo bien grande. Como estaba segura que el lo tenía todo.

Y pensándolo bien... como encontrara el momento de meterle mano iba a sobrar todo, pero todo. Me despedí de el con la manita mientras me ponía en la cola y admirada ese cuerpo desde lejos, era extremadamente sexy, aunque sí que se notaba que tenía sus años... Lo saludé con la mano y le guiñe un ojo, ese tío iba a ser mío para siempre.

Sutilmente la dejo pasar antes por el doble propósito de verla sin tener que contenerme y porque a las tías les molan los caballeros. Que yo no soy, pero sé cómo hacerlo porque en mi trabajo, es algo que a veces uno tiene que hacer. Le propongo varias opciones de comida, justamente porque lo que quiero es asegurar que no se me vaya viva. Y me suelta una serie de cosas absolutamente sorprendentes. Levanto una ceja, pero termino riendo.

- Vale, una y una. Así hay verdadera igualdad, ¿te parece?

Dejo que se marche, sabiendo que ganó el asalto por partida doble. Aunque bueno, tampoco la dejo ir así nada más, mis ojos la siguen hasta que se forma. Voy a la otra fila y pido algunos dulces, chocolates y par de helados. Esto es, porque tengo un fetichismo con las tías comiendo helado, como todos. Me atienden antes y la alcanzo.

- ¿Todavía no?

La próxima vez me tocaba a mi mirarle el culo, eso era buena señal. A la misma vez que el terminaba muy pronto y yo aún seguía en la cola esperando por las palomitas. La verdad es que la cola iba lenta no avanzaba nada en absoluto y me estaba empezando a dar mucho coraje esperar, yo era de hacer las cosas en el momento, por lo que esperar me desesperaba enormemente. Encima el maromo se acercaba ya habiendo terminado y preguntaba, lo miré con cara de desesperación.

- ¿Tu que crees?- dije exasperandome y mirándolo.

Y mirándolo descubrí el color de sus ojos, no puede evitar sonreír al ver que eran verdes oscuros y brillantes, no solía sentir mucho por casi nadie y pocas veces recordaba los colores de ojos de alguien pero esta vez eran demasiado bonitos como para no hacerlo era realmente gratificante mirarlos.

Le aparte la mirada con una sonrisa en mis labios y miré al frente andando un paso hacía delante en la fila.

- Eres un hombre único. Y te aseguro que vas a ser todo mio.- dije segura de mi misa con una inmensa sonrisa en mis labios y sin mirarle a él, pues estaba mirando hacía el frete.

Acepto su petición para pasar antes, halagado ciertamente por su forma de hablar sobre mí. Estaba ganando puros puntos buenos esta chica, justo porque tiene todo lo sensual que amo de las mujeres y cada vez me demuestra que carece de lo malo.

Compro las chucherías dulces y regreso. Se nota que el mundo está a dieta porque termino mucho antes que ella. Me hace reír que se enoje.

- Que si te beso se te pasa el enojo.

Clava su mirada en la mía y no me inmuto ante esos ojos de demonio. Admito que son profundos y hermosos.

La fila avanza un poco y de la nada me suelta un comentario tan de hombre, tan... yo pienso cosas así todo el tiempo. Levanto una ceja y me acerco a ella, tendiéndole uno de los helados.

- Claro que soy único, encanto, al igual que tú. Y si en verdad tienes ese objetivo en mente, déjame informarte que lo lograrás. El mío es exactamente el mismo contigo.

Si ella va a ser honesta, no veo por qué no serlo yo también.

Ahí! que hombre, cada vez me gustaba más y más, aunque yo lo veía un poco cortado, pero gracias a las fuerzas divinas del universo era menos retraido que otros hombres, para que luego hablaran de la timidez de las mujeres... conmigo no existía ese echo.

No tenía ganas de ir al cine ahora mismo, pero si estaba con el seguro que todo iba a ser muy divertido. No contesté a lo del beso, mejor guardar un poco la postura, simplemente me reí y miré para otro lado, pero bueno seguro que yo le besaba antes de lo que el se pensaba, seguro que me adelantaba a los hechos, y eso es algo que me encantaba hacer.

Era un poco creído, y no era para menos solo hacía mirar ese cuerpo que se gastaba y esos ojos verdes penetrantes e impresionantes. Y mientras yo estaba embobada mirando esos ojos el me ofreció un helado, sonreí y negué con la cabeza, pese a todo era un hombre romántico, no es que no me gusrata el romanticismo, en dosis pequeñas no estaba mal, pero en dosis grandes era realmente odioso.

- Gracias- le dije con una sonrisa. Ya me encargaría yo de que el romanticismo fuera muy justito y que hubiera otras cosas en mucha cantidad, como debía de ser.

Con el Helado en la mano solo pensaba en pasarselo por todo el cuerpo para después comérmelo de ahí. Creo que mi mirada estaba siendo demasiado evidente en pensamientos. Puede que fuera todo demasiado explicito, pero no me importaba en absoluto.

El miembro 'Lihyan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'D10' : 4