My gift is my song [Libre]

Tomó el labial que se encontraba en el tocador, y se lo llevó a los labios. Sonrió satisfecha y le mandó un beso a su reflejo de forma juguetona. El color rojo no era su favorito - le gustaba más el azul, y en tonalidades claras - pero tenía que admitir que se le veía bien. Se paró y observó el vestido que llevaba, a su gusto era demasiado corto, y si por ella fuera, usaría uno más largo por unos cuantos centímetros, pero la última vez le habían llamado la atención y le habían dicho que eso era lo que atraía a la gente. Bufó por lo bajo al recordarlo, si hubiese otro lugar donde pudiese cantar y le pagaran por ello, sin tener que usar esa ropa, iría volando. Literalmente.

Se puso un abrigo largo - lo bastante como para no revelar el atuendo que llevaba abajo - y salió de su apartamento, ya lista. La cartera, llaves y el labial los había metido en un pequeño bolsillo interior que tenía éste. No le gustaba llevar bolsas por temor a que alguien se lo quitase. Suspiró, las acciones de aquellas personas solo podían ser gracias a los Tenebrae. Llamó a un taxi con la mano y le dio la dirección de la discoteca donde cantaba, faltaban unos veinte minutos para que fuese su turno.

Ya ahí, bajó del taxi, le pagó y dio gracias al conductor, y caminó hasta la entrada, donde había una fila llena de gente esperando para entrar. Siempre se ponía así los sábados por la noche. Saludó al encargado de la fila, que la dejó pasar con una sonrisa . Cielo Santo, el lugar estaba lleno. Se abrió paso entre las personas y llegó hasta los pies del escenario, donde se encontraba el gerente - Angelito, pensé que no ibas a llegar a tiempo - escuchó que le decía. Rodó los ojos ante aquel sobrenombre, sí, él sabía lo que era y desde entonces así la llamaba. Se quitó el abrigo y se lo dio, para luego tomar el micrófono que le ofrecía. Subió al escenario y esperó a que la presentaran.

- ¡Y ahora... el cielo bajó y la trajo aquí para deleitarnos con su melodiosa voz! - ¿Qué no se cansaba? - ¡Con ustedes, el único ángel entre nosotros, Belle! - Se llevó el micrófono a los labios y sonrió. Era hora de empezar el show.