Un preciado lugar (libre)

Tenía ganas de visitar algún lugar que me diera fuerzas para seguir el día y hoy iba a repasar un poco de Historia de modo que me fui a un cementerio, ya descuidado desde hacía mucho tiempo, era interesante ver como cada humano o cada ser mágico había sido olvidado y ya nadie le recordaba ni sabía de su existencia, todos seremos olvidados alguna vez y para siempre, nadie era eterno.

Comencé a caminar por aquellos lugares dando varias vueltas sin rumbo alguno, simplemente fijándome en aquellas lápidas, donde estaban toda clase de seres, ganadores o perdedores al final todos teníamos el mismo fin... ser olvidados, lo que me llevaba a la conclusión de que ya que iba a ser olvidada algún día mis actos podían ser como yo quisiera, sin medir ninguna consecuencia, pues al fin y al cabo se iba a olvidar. Me paré en una tumba en la que había la foto de un niño, al mirar la inscripción en la lápida supe que no contaba con más de 10 años de edad, esa clase de muertes si iban contra natura.

Caminaba, simplemente por ahí. Ya había conocido al chico demonio en la casa embrujada y ahora quería conocer otro lugar interesante para mi taller de pintura. Había bocetado un Lucifer, simplemente porque aquí no había visto un ángel caído como tal, tal vez no existieran y todos entraban simplemente en la clasificación de los demonios. Igual, quería algo poco convencional, una mirada que demostrara algo muy distinto al estereotipo.

Me frustro un poco y decido volar para aclarar mi mente. Me transformo en fénix y vuelo por la ciudad, viendo lo hermosa que es y la sensación de libertad que demuestra. Aterrizo en un lugar tétrico de nuevo y me transformo de nuevo en humana. Un cementerio es de los lougares que la gente no sabe apreciar.

Y no estoy sola... hay una una chica viendo una de las lápidas y me acerco a ella. Le sonrío amable y la saludo.

- Hola chica.

Me levanté de lentamente cuando oí una voz, después de levantarme miré hacía atrás viendo de donde procedía esa voz y descubrí que era una niña que me llamaba chica.

- Hola- dije algo seca, me estaba saludando en el cementerio con un hola chica sin conocerme de nada, aunque puede que el chico al que estaba viendo fuera su pariente o algo así-. ¿Le conocías?- dije señalando la tumba.

No sabía que decir más que eso, aunque si me daba respuesta negativa o afirmativa ya sabía que responder, siempre iba a tener una respuesta para todo, no me iba a quedar callada, no era mi estilo la prudencia.

Sólo camino por el cementerio y me topo con una chica bastante guapa, he de admitir. Así que la saludo. Ella por lo visto es súper fría, pero aún así me pregunta si vengo a ver al de la tumba. Niego.

- No, para nada. Sólo paseaba por aquí, por extraño que suene. Soy de Japón, así que mi familia no está aquí.

Sonrío y le hago una pequeña reverencia. Esta chica impone.

- Me llamo Ren y soy nueva aquí.

Al parecer la chica no venía a ver al de la tumba, eso era bueno, pues así no pasaba nada con mi presencia en aquel lugar y no tenía que hacer valer mi ingenio para salir e ningún lío. Se presentó diciendo que era de Japon, una chica demasiado sociable a mi lado.

Alargué la mano para estrechársela, puesto que ella se había presentado y yo era demonio pero no mal educada.

- Lihyan, tampoco soy de aquí, solo vengo por diversión.

No era el mejor lugar para conocer a nadie, pero no me disgustaba este lugar, incluso me resultaba relajante y no me permitía alterarme demasiado.

Logro que la chica se presente conmigo y en realidad me gusta su nombre. Es un buen nombre, como de guerrera. Detesto los nombres todos lindos para una chica, si también podemos ser guerreras e imponentes como Lihyan.

- ¿Divertirte? ¿Cómo te diviertes aquí?

Eso me intriga porque en realidad yo no veo que los cementerios sean muy divertidos que digamos. Simplemente es mi impresión... Interesantes lo son y hasta inspiradores pero divertido no es una palabre que yo usaría.

- ¿De dónde eres Lihyan? Si se puede saber, claro.

La chica parecía un poco sorprendida por verme en este lugar y más aún porque lo usara de diversión, la miré y sonreí con maldad y enseñando un poco los dientes, me pase la lengua por los labios y luego me dispuse a contestarle, pero de inmediato me preguntó que de donde era, me quedé callada la observé detenidamente, me acerqué a ella, y una vez frente a frete le sonreí de igual que modo que lo hice la otra vez.

- Claro que lo puedes saber... Tenebree... de ahí soy.... y tu eres de...?- Me senté en una de las tumbas altas que había-. Aún te interesa saber por que me divierto aquí.

Lihyan hace un movimiento demasiado atrevido si tenemos en cuenta que casi no la conozco. No me muevo y sólo la repaso con la mirada. La veo sentarse y la sigo. Me siento a su lado y sonrío de nuevo.

- De Japón... y de Lux.

Me acerco a su oído y le hablo en voz baja.

- No deberías hacer cosas así... Si crees que voy a asustarme y salir corriendo como estúpida, estás muy equivocada. Sé apreciar mucho a las chicas sensuales como tú.

Me aparto un poco y sólo la miro.

- Y sí, me interesa saber qué es lo divertido de un cementerio.

Me estaba tirando los tejos una chica, eso era lo ultimo que me faltaba, bueno pero me abría un mundo nuevo, eso sí, ya sabía que atraía al genero gay femenino por si me daba por cambiarme de bando. Había que tenerlo todo completo.

Podía haberle cortado el rollo de inmediato pero preferí sentarme en una de las tumbas que sobresalían y quedarme mirándola sin sonreír pero sin estar sería, me mojé los labios y negué con la cabeza cuando me dijo que le interesaba saber lo divertido de un cementerio.

- Aquí descansan tanto las victimas como los verdugos, tanto los buenos como los malos o incluso la gente como tu o la gente como yo, al final de todo no hay diferencia alguna. Y eso significa que podré seguir haciéndole la vida imposible a quien me de la gana incluso después de muerta, es una de las cosas, pero ahí más.- me levanté de aquella tumba y me fui hacía ella.- No soy una buena... influencia, pero sí una exquisita compañía.

Esta chica me gusta cada vez más, al menos tengo que tener algo no serio con ella, es muy sexy y me encanta esa actitud de "yo domino todo el mundo". Aunque se hace tonta, haciendo una pausa.

Me divierte su forma de referirse a los cementerios. Aunque lo que deja entrever ciertamente es verdad: muertos somos todos iguales. Y me agrada aún más lo que dice de no ser una buena influencia.

- ¿Quién dice que yo sea una buena influencia? No soy ángel, ser una buena influencia me da absolutamente igual. Es mejor ser una mala influencia.

Me levanto y me acerco todavía más a ella. La repaso con la mirada y pongo las manos sobre sus hombros.

- Y... demuéstrame en verdad que eres una exquisita compañía. Yo tal vez no me vea tan exquisita como tú, pero te aseguro que puedo hacer cosas deliciosas...

Ahora ya las cosas habían cambiado, me estaba coqueteando y muy de cerca, me eché hacía atrás un poco con los ojos bien abiertos, nunca antes una tía me había echado los perros, no tenía ni idea de como se llevaba esto y que reacción tener ante esto. Vale me gustaba el coqueteo, pero puede que no fuera mi fuerte tenerlo con una chica, por que no sabía como dirigirlo, y se me tenía que ocurrir algo pronto.

Anduve hacía otra tumba y me agaché para leer lo que ponía, era otro niño pequeño, al parecer estaba en el lugar donde se hallaban todos los menores.

- Está noche hay una fiesta, un concierto de los Rollins- me levanté y la miré sonriendo- ¿te apuntas a la fiesta?- le pregunté sonriendo y haciendo gestos coquetos con las cejas, estaba jugando con fuego...

De nuevo, Lihyan toma su distancia y yo me quedo donde estoy, observándola detenidamente. Tal vez fuera virgen en cuanto a chicas o tal vez ni siquiera se lo había planteado como posibilidad y por eso estaba así. Era por esta razón que mi técnica había sido presionar y luego soltarla. Noto que va hacia otra tumba y yo me mantengo a una distancia respetable de ella mientras la miro hacer.

Lihyan se levanta y me invita a una fiesta. Me acerco de nuevo, incitada por su gesto coqueto y la tomo con una mano de la cintura.

- Me encantaría... siempre que vayas conmigo.

Acaricio su cintura y le planto un beso, directo en esos labios carnosos tan excitantes. Soy tierna, sólo por esta ocasión y es para mí como comer un delicioso postre. Un beso lento y suave y luego me separo.

- Sólo dime dónde y a qué hora... Ten por seguro que ahí estaré.

Aaaaaaagggg, me estaba morreando una tía, eso ya no me hizo gracia, me separé de inmediato poniendo una sonrisa forzada de tonta impresionante, esto yo no acostumbraba a vivirlo y para mi no era natural, y yo aceptaba a todo el mundo como era pero había cosas que no eran de mi agrado y esto, no estaba segura de que lo fuera.

- Amm, yo trabajo en ese lugar, así que no podré estar con nadie, solo me verás de pasada, me toca ser camarera, pero luego te puedes quedar conmigo y mis amigos.- le sonreí- seguro que te lo pasas genial, aunque al día siguiente es posible que no recuerdes nada- dije refiriéndome a la borrachera segura.

Ya estaba confirmado, esto se me había ido de las manos. Haber si lograba encauzarlo...

Sutilmente me rechaza, poniendo de pretexto su trabajo. Se había pasado, por jugar me había soltado indirectas y me había instigado y ahora iba a quedarme sin nada. Bueno, gajes del oficio, al menos recordaría el beso, de eso estaba segura.

- Ya veo... pues lástima, entonces lo pensaré. No es lo mismo divertirme con tus amigos que sólo contigo.

Me encojo de hombros y me acerco sólo para apartarle un mechón de la cara.

- No te pongas nerviosa, ya me voy. A menos que quieras que me quede, claro está. Pero creo que me tienes miedo.

Sonrío, divertida.

Bueno ya era obvio que alimentaba el gusto de las mujeres, esto se lo tenía que contar a Kyo, seguro que hacía algún comentario bueno, aunque a mí no me hacía gracia que fuera tan lanzada conmigo, no sé que me tocara una mujer no era lo mío, no estaba preparada para ello, me seguían atrayendo más los hombres, tenian algo que una mujer por mucho que quisiera no podía tener... bueno sí con alguna operación... pero seguro que no era lo mismo...

- Yo soy aburrida sola, con ellos soy divertida- eché balones fuera del juego, al menos lo intenté por que no tardó en acercarse a mí para decirme que se iba, pero que si yo quería se quedaba, encima de atreverse a afirmar que yo estaba nerviosa por ella.- Oh! no es nerviosismo, créeme. Y yo también me tengo que marchar, tengo que hablar con un amigo, que aún no sabe que le van a venir los Rollins a su bar.

Caminé hacía la dirección para ir al bar y le hablé desde lejos.

- Espero verte por allí!- le dije despidiéndome con la mano.

Esto se lo tenía que contar a Aarón. Eso sí que iba a tener comentarios mordaces para todo esto.

Lihyan se atreve a coquetearme de nuevo, pero también a intentar hacerme a un lado. La hace aún más divertida, aunque la verdad me da lástima saber que me quedaré sin tener una pequeña aventura con ella. Me invita, pero no a ir con ella y eso le quita atractivo para mí.

- Has estado sola conmigo, y te digo de verdad que eres divertida.

Sonrío divertida e incrédula porque bien que se puso nerviosa por mí cercanía.

- Oh, yo creo que sí fue por mí... lo sé, pero pues si quieres negártelo, adelante.

Se marcha y en cuanto voltea, le lanzo un beso. Luego me voy en la dirección contaria.

Genial ya había ligado con una tía, esto iba para el historial de cosas insólitas e inesperadas. No me podía creer las cosas que me pasaban, esto no era normal, encima creo que se estaba pensando cosas que no iban a pasar nunca, aunque puede que yo en primera instancia hubiera dado pie a ello, y eso me daba hasta miedo, puede que me gustara probar todo, pero tampoco había que pasarse en probar cosas.

Me despedí de ella con la mano y una sonrisa forzosa, luego aligeré el paso al ver la hora, se me hacía tarde para todo, por eso tenía que agrandar los pasos lo más que podía.