Mi Sueño... Se ha Cumplido [Gil-chan]

Había tenido mis escapadas... Después de todo lo que pasó en Anochecer y cómo había terminado por ser absurdo, Gil-chan, Stef y yo nos marchamos. La imagen de mis pequeñitos aún me perseguía y me impulsaba a ser mejor persona y a dejar de ser tan débil. Había cometido muchos errores con La Innombrable y me había dejado bastante, hasta que justamente vi amenazado el futuro... Me había servido, todo me servía y aunque aún pienso que Gil-chan es más fuerte que yo, yo no me voy a rendir jamás.

Tenía un sueño... desde que bajé a la Tierra y conocí el arte de la cocina. Quería mi propio restaurante y en su momento creí que sería muy fácil. Incluso Eiri aceptó manejarlo conmigo pero luego conocí el Baccanale... y me di cuenta de que las cosas ciertamente no son tan fáciles.

Y ahora estaba aquí... No había un restaurante que satisfaciera mis necesidades como chef, así que con mi orgullo y mi amor propio al tope, decidí yo mismo crearlo. Con el dinero que he ahorrado desde que comencé a trabajar.

Y había quedado increíble... Sólo podía pararme en la entrada y sonreírle a mi sueño. Y no quería que me pasara lo mismo que cuando pude hacer pasta en el Baccanale, así que confiaba en que Gil impidiera que sintiera ese vacío por haber logrado algo.

Le envíe un mensaje y sólo esperé... sentado en la mesa más cercana a la entrada.

Había recibido un mensaje de Ban, me mandaba la dirección de su restaurante, me viste para la ocasión y salí para encontrarme con él. Lo había tenido muy abandonado desde que llegamos a este nuevo lugar, había estado muy ocupada con la nueva escuela y de nuevo era líder de una alianza, aunque por ahora solo quería conocer gente y ver como eran por acá.

Todo eso me había absorbido mucho tiempo, él también desaparecía por ratos, nunca le reclame eso, confiaba en él, además tenía sus propios intereses y sueños. Camino pensando en muchas cosas, mi mente era un caos y no me gustaba eso.

Llegue hasta la dirección que me dio, me quede parada viendo el frente, después de unos minutos entro al lugar, veo a Ban sentado, le sonrió ligero, pero en realidad estaba muy contenta de verlo. Todo el caos de mi mente desaparecía cuando estaba con él, solo me importaba él.

Camino hacia él recordando a nuestros hijos, a Momo, un elfo muy inquieto pero de buen corazón y a Nimue , ángel como su padre, a veces caprichosa pero buena, sonrió aun más, lo abrazo cuando lo tengo frente a mí, me separo y le doy un beso en los labios.

-Buenas noches ^^

Miro alrededor sin soltarlo.

Por ahora me sentía eufórico. La verdad muy poco le faltaba a mi vida para que fuera perfecta y este lugar lo tendría. Lo sabía... Gil-chan de nuevo era líder de los neutros y esta vez, parecía haber muchos. No había muchos Lautren, menospreciaban a Lautren y ahora se notaba que la familia de elementales sí valoraba el equilibrio. Eso me gustaba... nunca había conocido un elemental.

Intento disimular mi euforia, pero es claro que no lo lograré. Así que me levanto y me acerco a Gil. Nos besamos. Yo siento que brillo, tal vez en parte sea cierto. Mi luz de ángel brillaba mucho más cuando estaba feliz... y cuando estaba enamorado. Y Gil-chan me hacía sentir ambas. La abrazo, la cargo y doy una vuelta.

- Kore mitte, kudasai.

Sonrío como tonto un minuto y luego la miro, apenado. Obvio que no entiende.

- Que mires, por favor... ¡Mi sueño, Gil-chan! Mi sueño de toda mi vida en la Tierra.

Tomo su mano y la llevo hasta una mesa. La ayudo a sentarse y me quedo de pie. Sonrío y voy por un par de copas de vino y la botella.

- Eres mi primera clienta... Así que preparé algo muy especial para ti.

Que no era esa cosa horrenda de camarones con chocolate que le preparé cuando la conocí y estaba embarazada. Pero bueno, el pasado feo debe quedarse donde pertenece. Ya tendría tiempo después de prepararle melocotón para nuestro hijo Momo...

Algún día...

Llego hasta donde esta Ban, es un restaurante, entro y lo veo, voy directo a él y lo abrazo contenta, le doy un corto beso en los labios y le doy las buenas noches. Lo abrazo y él me carga y me da una vuelta, rió bajito, me dice algo que no entiendo, me mira apenado y me traduce, miro alrededor sorprendida y alegre al saber que es su restaurante.

-Felicidades Ban. Estoy muy feliz por ti. ^^

Toma mi mano y me lleva a una mesa, trae una botella de vino, me dice que soy su primera clienta y me preparará algo especial, sonrió.

-¿Puedo acompañarte a la cocina?

Pregunte mirándolo, tal vez prefería cocinar sin distracción.

No puedo resistirme a hacer algo meloso y luego a invitarla propiamente a comer. Es mi primera clienta y pienso lucirme. Y sí, es porque es mi novia y no le veo lo malo. Sirvo el vino y mientras le doy un menú.

- Claro... pero escoge primero.

Le pongo frente una de las copas y brindo con ella. Bebo un sorbo.

- Ya tengo a alguien trabajando, aunque no la he visto. Parece que es cambiaformas, quiero conocer uno. Es japonesa, así que podré hablar raro y me entenderá. ¿Y a ti cómo te va con la escuela?

Había escogido bien el vino, está bastante rico.

Ban me sorprende y me dice que es su restaurante, me alegro mucho por el, me abraza y me da una vuelta en el aire, y logra sacarme una sonrisa más grande, me siento y me explica que ha sido su sueño aquí en la tierra.

Me dice que me prepara algo, le pregunto si puedo acompañarlo mientras cocina y me dice que si, pero que escoja, brindo con él y tomo un trago del vino que ya me sirvió y veo el menú, que podrí a pedir.

-Ya sé, quiero espagueti a la carbonara, suena rica.

Dejo el menú en la mesa, veo alrededor, el decorado realmente era bueno.
Me dice que tiene a alguien trabajando para él, una chica japonesa, me pregunta como me va, sonrió ligeramente.

-Bastante bien, estoy conociendo a mi personal. La verdad me gusta que sea una escuela mágica así podre trabajar con diferentes razas, sabes que eso siempre me ha gustado.

Dejaré obviamente que Gil me acompañe mientras cocino. Pero quiero que elija y yo comeré lo mismo que ella quiera. Escoge carbonara.

- Ok ^^ Es rico, te gustará.

Le cuento sobre Ren, la chica que será mesera aquí y pregunto por la escuela.

- ¿Y cómo son? Sé que te ecanta lo de las escuelas, es lo tuyo.

Voy con ella hasta la cocina y empiezo a preparar el espagueti, pero sigo escuchándola.

- ¿Tú darás clase o sólo harás trabajo administrativo?

Le digo que quiero comer, y me dice que es rico, asiento ligeramente con la cabeza. Me cuenta sobre la chica que lo ayuda en el restaurante y me pregunta por la escuela. Le digo que estoy conociendo a mi personal, sonrió un poco cuando menciona que me encanta, creo que Ban ya me conocía bastante, en parte me asustaba pero igual me agradaba que hubiera alguien que me conociera tanto.

-El subdirector me parece que hará un buen trabajo.

Vamos a la cocina, me siento y el empieza a preparar el espagueti, me
preguntar si daré clase o me dedicaré a la parte administrativa.

-Solo a la parte administrativa por ahora. No tengo contemplado dar clase, pero quien sabe tal vez luego cambie de opinión.

Cruzo mi mirada con la de él y le sonrió.

-Tú debiste estar muy atareado con la apertura de tu restaurante.

Comente mirando lo que hacia, como no sabía nada de esto hasta hoy pues si lo notaba un poco más cansado de lo normal pero no sabía porque.

Hablamos sobre el trabajo... sobre su trabajo. Sentía un poco extraño todo esto porque ahora no estaremos tan cerca el uno del otro como sucedía en Anochecer. Pienso que esto será bueno, pero la parte mala es que cuando me deprima no habrá nadie cerca. Tal vez ni siquiera debo irme al rincón como suelo hacer, porque ahora yo soy el chef. La mención del subdirector me trae de regreso a la realidad.

- ¿Subdirector? ¿Cómo es?

Empiezo a preparar la pasta y continuamos hablando.

- Me gustaría verte dar clases... no sé, es que allá tampoco eras maestra pero creo que se te daría muy bien. ¿Ya conoces a los maestros o aún no?

Suspiro y sonrío... no podía ocultarle esto. Debo tener unas ojeras horrendas también, es sólo que ni tengo valor para mirarme en realidad al espejo y no hace tanta falta.

- Me siento como si me hubiera pasado encima una aplanadora... No he dormido mucho, y como viste, me la he vivido entre el teléfono y conociendo la ciudad. Verás, no sólo necesitaba el edificio, también los proveedores y he comido verduras, carne y mariscos de diferentes mercados, hasta poder elegir el mejor.

Sirvo en dos platos y me siento con ella.



- Pensé que era más fácil... Todo este tiempo, incluso ahora tengo mi restaurante, y sigo siendo el ingenuo bambino de siempre.

Hablo un poco de mi trabajo, no suelo hablar de mi trabajo, no es algo que haga seguido de hecho no solía hacerlo nunca, no me gustaba. En general no me gustaba hablar de mí, yo no hacia esas cosas, aunque las cosas del trabajo eran solo eso, igual prefería guardármelo, pero era Ban… desde hace tiempo me hice la promesa de no ocultarle las cosas y aunque aún me cuesta un poco trato de hacerlo, más si me pregunta directamente.

-Sí, tenemos un subdirector, se llama Vladimir, es un demonio. Siento que se controla frente a mí, no sé tal vez quiera incendiar algo o que se yo, pero la verdad me da mucha risa.

Dije divertida, sonrió al recordar como estaba en mi oficina. Aunque yo ahí siempre permanecí neutra como siempre, con pocas personas me permitía ser más… yo. Lo veo cocinar, recargo el codo en la mesa y apoyo la cabeza en mi mano. Me pregunta si daré clases, le digo la verdad no es algo que descarte pero por ahora prefiero no hacerlo, me sorprende que diga que le gustaría que de clases.

-No lo sé, nunca lo he intentado pero no creo que se me de bien. Creo que los alumnos terminarán por odiarme, soy muy estricta. No, aun no los conozco, solo a él, que también es maestro, pero a nadie más.

Me quede pensando en lo que dijo, pero realmente creía que era mala idea, pero me alegraba que Ban pensara que sería buena como maestra. Le comento que él debe estar muy cansado con todo esto de su restaurante, suspira, lo escucho, si había notado que se la pasaba fuera de casa, llegaba tarde o estaba al teléfono, pero creo que valió la pena, el restaurante es hermoso. Sirve dos platos y se sienta conmigo, sonrió un poco.

-Se ve muy rico y huele bien.

Dije mirando la comida, pruebo un poco, estaba deliciosa, sonrió aún mucho más, esto era delicioso, lo miro, me acerco y le doy un beso corto en los labios. Acaricio su cabello.

-No eres ingenuo, te falta práctica en esto, pero lo harás bien.

Lo notaba abatido y no sabía como animarlo.

Escucho todo sobre el subdirector. Río un poco, divertido con el comentario sobre él.

- Un demonio que quiere quemar todo... sí que suena divertido. Mientras no queme a algún estuciante todo está bien.

Hablamos de la escuela... Yo pienso que Gil puede ser buena maestra.

- No te odiarán, es imposible, no pienses eso. Si necesitas ayuda alguna vez, puedo ir de suplente. Aunque no sé muchas cosas que no sean de cocina, pero igual puedo ayudarte si hace falta.

Termino de cocinar, sirvo y me siento con ella a comer. Enrollo mi espagueti y como contento. Le cuento sobre todo el relajo para tener un restaurante y me besa. Le sonrío.

- No estoy decepcionado, sólo cansado y eso se quita fácil.

Recargo la cabeza en su hombro.

- Estoy muy feliz por todo esto...

Ríe con mi comentario del nuevo subdirector, sonrió divertida por lo que dice él, me daba la impresión que se había reprimido demasiado en la oficina, además que me estuvo evaluando él a mí también.
Ban me comenta que él cree que yo sería buena maestra, le digo que no lo creo, los alumnos creo que me terminarían odiando, soy demasiado estricta.

Lo miro sonriendo tiernamente cuando dice que no cree que me odien, que deje de pensar eso. Y que puede ir a suplirme si alguna vez lo necesito, me acerco y le doy un corto beso en los labios, Ban era tan lindo conmigo, con cosas sencillas como esta me alegraba el día.

-Gracias ^^ Lo pensare mejor, saber que cuento contigo me da mucha tranquilidad.

Termina de cocinar y sirve, se sienta conmigo a comer, pruebo la comida esta deliciosa, me cuenta de todo el trabajo que le dio abrir su restaurante, le digo que no es ingenuo cuando menciona que no sabía que tanto trabajo era, le falta práctica pero estoy segura que lo hará bien. Le doy un corto beso en los labios, acaricio su cabello. Me dice que no esta decepcionado, alzo una ceja, no creo que este decepcionado, lo veo muy cansado, se recarga en mi hombro, lo rodeo abrazándolo, dice que esta feliz.

-Yo estoy feliz por ti.

Beso su cabello, recargo mi cabeza en la suya y cierro los ojos, al fin tenía unos minutos de descanso.

Gil-chan me da ¡un beso! Me encantan estos momentos donde algo tan sencillo le demuestra mi apoyo y me anoto muchos puntos positivos de ángel por hacerla sonreír, por ponerla contenta con poco trabajo de mi parte. Me cruzo de brazos y no dejo de sonreír.

- Aunque yo de maestro... suena a broma. Sería un relajo total seguramente, pero todo sea por ayudarte.

Me siento a comer con ella y recargo la cabeza sobre su hombro cuando llevo como medio plato de espagueti.

- Se nota que aquí es mejo que Anochecer... y hay más razas, creo que ahí se ocultaban por miedo. Como las hadas.

Ban dice cosas tan lindas y haría cosas por mí para ayudarme como ser suplente, me alegra mucho el día que me diga cosas así, porque sé que lo haría si fuera necesario, me nace darle un beso, veo que se pone todo feliz, sonrió divertida. Se cruza de brazos y me dice que él de maestro suena a broma, río bajito.

-Creo que les agradaría el cambio, se divertirían si tú fueses a dar clases.

Se sienta a comer como tranquila mientras hablamos un poco más, recarga su cabeza en mi hombro, yo recargo la mía sobre la suya. Le digo que estoy feliz por él, se notaba que él estaba feliz con su restaurante, había logrado un sueño suyo, habla de Anochecer.

-Las cosas son diferentes, creo que cada lugar tiene lo suyo.

Comente tranquila, era neutra hasta para eso, creo que ambos lugares tenían su propia magia. Este en particular lo que tiene es que nadie se esconde lo cual me agrada porque no le veía lo malo a ser hada o elfo o demonio, cada raza era especial.

-Me agrada que no se escondan, me parece que la gente acá es más libre de ser quien realmente son. La escuela que dirijo tiene eso también, van diferentes razas a aprender a controlar sus poderes pero también a convivir con más razas, muchas quizá no conocían antes.

Me separo y beso su cabello.

-Pero estoy feliz porque acá seguimos juntos.

Comente con voz neutra que no dejaba ver que realmente estaba feliz.

Río divertido y me imagino a mí mismo. Bambino-sensei... Era en realidad genial.

- Pues ya sabes, cuando me necesites, me llamas.

Escucho la opinión de Gil sobre este lugar, pero a mí me parece mucho mejor. Anochecer era un edificio que funcionaba como santuario, pero aquí podemos salir sin miedo incluso a las calles.

- Gil-chan, si estás feliz, deja de hablar como robot. Si no te conociera pensaría que estás mintiendo y en realidad no te gusta este lugar.

Bebo un sorbo de vino.

- Yo creo que es mejor porque la ciudad y los alrededores también son zonas de libertad.

Me levanto.

- ¿Postre?

Ban también se ríe, asiento sonriendo cuando me dice que cuando lo necesite que lo llame, estaba tan contenta ahora, trataba de guardar estos momentos en mi corazón para cuando los necesitara.
-Claro así lo haré ^^
Le digo que me parece este lugar, también hablo un poco de cómo me parece la escuela que dirijo y al final le digo que estoy feliz porque acá seguimos juntos, aunque mi tono en todo momento es neutro. Alzo una ceja cuando dice que estoy hablando como robot, me separo lentamente y pongo las manos en el regazo, mientras termino de escucharlo, lo veo beber el vino, no comento ya más nada, tomo un poco de vino también. Se levanta y pregunta por el postre asiento sonriendo ligero, necesitaba un poco de azúcar, eso solía ponerme de mejor humor, aunque no es que ahora estuviera molesta, tal vez solo… triste.

Cuando se va me quedo viendo las manos en el regazo, tengo pequeños flashes de mi infancia, sentada en la corte obligada a escuchar conversaciones de adultos que no entendía, por unos instantes me había sentido de nuevo ahí, suspiro largo y termino el vino.

Me levanto y recojo la mesa... Lo arruiné, dije algo equivocado y me quedo un poco en el enorme cuarto frío que sirve de almacén para los postres. Pero... me duele que Gil no sea feliz cuando quiere serlo ni que sea triste cuando quiere serlo. Quiero que sea más libre...

Tomo una charola con bastantes pastelitos individuales y regreso, intentando sonreír... pero sabiendo que a diferencia de ella, yo no soy capaz de ocultar lo que siento. Mi mirada es triste...



- Mil hojas de fresa ^_^ *sonrisa exagerada y falsa*

Ban recoge la mesa, yo estoy perdida en mis pensamientos, recordando cosas del pasado, me dolió que dijera que estaba hablando como robot, muchos me lo decían, y tal vez tuvieran razón porque con ellos me portaba así, pero no esperaba escucharlo de él.

Regresa con el postre, esta sonriendo, pero es evidente que está fingiendo, veo el postre, se veía delicioso *-* Lo miro cuando me dice que es, suspiro al verlo sonreír así.

-Ban, no tienes porque sonreír si no lo sientes.

Me acerco más a él, recargo la cabeza en su hombro.

-Lo siento si te puse así.

Busco su mano, cuando lo agarro entrelazo nuestras manos.

Regreso con el postre y Gil me descubre. Bajo la vista súper triste y apenas si miro los postres, tan elegantes y ricos sobre su gran charola. Ella se disculpa y yo la abrazo.

- Y tú puedes sonreír si estás feliz. ¿Por qué no lo haces? Me haces pensar que mientes. Ya no sé si estás a gusto o no. Y sé que no me mientes a mí, no estás mintiendo cuando te miro a los ojos, pero pienso que quieres hacerme creer que todo es perfecto aunque no lo sea. Y no tiene por qué serlo, pero no me gusta que te guardes las cosas.

Bajo la vista, apartándola de ella.

- Aún recuerdo lo del acantilado... por eso prefiero que me cuentes las cosas.

Me duele el comentario de Ban, mucho más de lo que puede apreciar que se que ya es mucho, se va y cuando regresa con el postre está sonriendo falsamente, le digo que no tiene porque sonreír cuando no lo siente en realidad. Ban es muy transparente en todo sentido. Me disculpo y recargo la cabeza en su hombro, pero él me abraza le correspondo al abrazo y lo escucho. Me pregunta porque no sonrió si estoy feliz, no le gusta que me guarde las cosas, iba a contestar pero se separa, y lo que escucho es peor que lo primero, trago fuerte y junto las manos poniéndolas en el regazo.

Fijo la vista en los postres, jamás creerá que no pensaba en matarme, lo único que pensaba hacer era lanzarme y controlar un poco el agua para no caer fuerte en el agua, pero la sensación de la caída era muy liberador para mí, jamás me permitió contarle.

Respiro hondo, ahogando un par de lagrimas que amenazaban con salir, lo miro, me dolía verlo así. ¡Cielos, qué estoy haciendo!

-Ban, tú me conoces mejor que nadie y puedes identificar fácilmente cuando estoy contenta, triste o molesta. Me duele que me digas que parezco robot, me lo dicen demasiado o lo piensan y no me molesta, ellos no me conocen, pero… no creí que tú lo dijeras.

Muero porque me vea, bajo la mirada.

-Lo siento… no siempre puedo sonreír y no es porque no este feliz, es solo que llevo muchos años ocultando mis sentimientos que ha veces lo hago sin querer contigo, ni si quiera lo noto.

Siento algo caliente caer por mi mejilla, me sorprende pero lo dejo. Ni siquiera se si deba mencionar lo del acantilado, así que solo menciono sobre su petición.

-No pasaba nada ahora, sólo lo que te acabo de decir, no tengo problemas ni nada, me gusta este lugar, me alegra que tengas tu restaurante, estoy muy feliz por ti. Cuando pasa algo eres al primero que le cuento, porque sueles animarme de la mejor manera. Ha sido así desde hace mucho.

Escucho todo lo que me dice, la miro atento también a sus reacciones, aunque sé que eso no le gusta. No le gusta sonreír, pero no tiene nada de malo. Entiendo todo lo que me dice... Acaricio su cabello cuando termina de hablar.

- Sólo quiero que seas libre, ¿acaso está mal? Quiero que entiendas que conmigo está bien si eres débil o si lloras, tanto como si ríes o gritas de alegría. Te contienes porque quieres mantener tu barrera de frialdad.

Suspiro... esto es muy delicado en verdad.

- Entiendo que prefieras ser así con los demás, pero conmigo ya sonreías. ¿No crees que siento feo? Quiero saberme especial hasta en eso, en ver que conmigo eres más abierta. Es importante para mí, yo no soy de la nobleza ni te exijo un comportamiento protocolario y perfecto, ¿o sí? ¡Cómo podría! Cuando yo voy por ahí quejándome todo el tiempo o gritando con los brazos levantados.

Le digo a Ban que me dolió mucho lo que dijo, en verdad podía esperarlo de cualquiera pero jamás de él. Acaricia mi cabello, lo escucho, niego ligeramente con a cabeza por su pregunta. Ciertamente con él me he mostrado muy débil, más no me he permitido mostrarme alegre ni cariñosa, no como yo quisiera mostrarme, para él eso significa que quiero mantener mi barrera de frialdad, pero no… con él no, pasa lo que le dije.

Acaricio su mejilla cuando suspira, me dice que con él ya sonreía, me dice que quiere saberse especial hasta en eso, suspiro largo, todo esto me hace pensar que nada de lo que hago es suficiente en realidad. Las cosas no están yendo bien.

-Esto no esta bien.

Dije separándome un poco más, incluso me levanto, camino un poco me detengo y lo miro.

-No me había dado cuenta que ya no sonreía contigo como antes. Lo siento, en verdad que sí.

Me recargo en la pared, he aprendido que lo mejor es hablar con él y arreglar las cosas en el momento o seguirá pasando lo del acantilado.

-Eres especial Ban, creí que ya lo sabías. Sé que no soy muy expresiva pero creí que estaba haciendo las cosas bien para que te supieras especial para mí. Amo ver como te expresas tu, precisamente porque para mí es difícil ser de esa manera. Me encanta oírte quejar de tonterías o de cosas importantes, me encanta ver tu cara cuando te emocionas por algo, cuando me miras, esas cosas que puedes hacer sin que te cueste, me gustan.

Bajo la mirada.

-Quiero un abrazo.

Murmure abrazandome a mi misma.

Sus palabras y el que se aparte, me dejan el corazón en el suelo. Abro los ojos sorprendido y luego bajo la vista al piso, incapaz de ocultar mi tristeza.

- Sé que no sonríes cuando hay otros y ya me hice a la idea de eso. A veces lo haces cuando está Stef, pero con nadie más. Es sólo que desde que llegamos aquí casi no hemos estado juntos, y cuando lo estamos, estás seria todo el tiempo. O dices que te encanta el lugar y te emociona tu trabajo nuevo con una voz tan falta de emoción que me pregunto si lo que dices es verdad.

Me levanto y la abrazo por la espalda.

- Me sé especial, pero soy un egoísta caprichoso y quiero más... ¿acaso está mal? Llevamos un buen tiempo juntos, no creí que fuera algo extraño lo que pido. Te haría bien...

Las cosas no están yendo bien, me separo y me recargo contra la pared mientras le digo que creí que ya sabía que era especial para mí. Sé que no soy expresiva, pero creí que lo hacia bien con él. Lo escucho cuando habla, me dice que sabe que no sonrió cuando hay más gente salvo con Stef, y que ya se hizo a la idea.

Le digo que quiero un abrazo, siento que lo que hago esta mal, y sinceramente no sé que espera de mí, si ya me conoce no sé que es lo que quiere. Me abraza por la espalda, me dice que se sabe especial, pero es un egoísta caprichoso y quiere más, sonrió divertida cuando dice eso, giro y lo abrazo fuerte.

-Claro que no está mal, me gusta que seas caprichoso.

Me separo para verlo a los ojos, acaricio su cabello.

-No sé que me pasa, tal vez sea que te he extrañado mucho en estos días, sé que no podemos estar juntos todo el día, pero me gustaría pasar más tiempo contigo.

Recargo la cabeza en su hombro.

-Ban... No dejes que me conviarta en alguien seria de nuevo.

Cierro los ojos unos instantes, luego le doy un beso en la mejilla.

-Te quiero Ban.

Hablamos... necesitamos hablar. Arreglar esto antes de que sea demasiado tarde. Le digo la verdad, que en realidad siento feo cuando se pone seria porque no me gusta que oculte lo que siente, no conmigo. Puede hacerlo con todo el mundo si quiere, pero no conmigo porque soy su novio y porque no la juzgaré.

Gil me abraza y rodeo su cuerpo a la altura de la cintura, sintiéndome mejor simplemente porque aunque ella pidió el abrazo, fue ella misma quien se volteó y me abrazó a mí esta vez.

- Tal vez debo pensar en madurar un poco... pero ya sabes cómo soy.

Acaricia mi cabello y la verdad sale a flote: me extraña. Y entonces comprendo qué pasa en realidad. No puedo decir nada y sólo la escucho, hasta que me da incluso un beso en la mejilla. Acaricio su espalda y yo le doy un piquito.

- Yo también te he extrañado, pero esto es algo que podemos solucionar. La verdad es que entiendo que hayas tenido mucho trabajo porque necesitabas ajustarte a la nueva escuela. Te pido que entiendas que yo tuve mucho trabajo también para poder tener esto, pero te prometo que me esforzaré por encontrar un balance y no dejar que el trabajo me absorba. Delegaré responsabilidades, no contraté a alguien sólo para que fuera un maniquí sonriente. Ya lo estaba haciendo, pero me esforzaré más para lograrlo rápido.

Beso su cuello.

- Y quiero saber algo, Gil-chan... ¿Vivirías conmigo?