Aroma... [Bahiya]

Necesitaba desesperadamente un proveedor de pescado y mariscos. Por mucho que a gente como Stef no le agraden, la verdad es que me es imposible dejar de lado estos productos. Los necesito en el menú. Así que decidí ir a la fuente original, y esto era el propio mar. Me levanté de madrugada y alcé el vuelo. Esto era tan extraño... Yo solía ocultar mis alas, al grado que cuando viví en Fukuoka y en Tokyo era un verdadero martirio. Sólo podía extender mis alas estando solo en los mini departamentos donde viví y sentía que se me entumían. Ahora podía volar todo el tiempo y no había en realidad ningún problema con esto.

Aterrizo en la costa y hablo directamente con los pescadores. No había mejor forma, así tenía la garantía de frescura. Hago el negocio, que al final es bueno para todos porque ellos ganan porque les pagaré bien y yo gano porque tendré los mejores ingredientes. Sonrío mucho, no por fingir, sino porque en verdad estoy contento. Eso aumenta mi amabilidad. Y tal vez se me quedó la manía de sonreír de cuando me obligaron a ser mesero.

Tengo algo de tiempo, bastante en realidad, así que decido echarme un chapuzón. También tiene mucho tiempo desde que nadé.

Si había algo que verdaderamente me gustaba era nadar y por más que no había problemas en mostrar mi verdadera identidad prefería hacerlo por la madrugada, me sentía libre y no había nadie que este mirando como si yo fuera un fenómeno. Como si los que me miraban fueran muy normales. En fin, la madrugada era la mejor hora para nadar. Así que llegue a la playa, me metí al mar y tras convertirme comencé a nadar por aquí y por allá. Estaba feliz, me encantaba nadar, no era algo extraño considerando mi procedencia...

Me divertía yo solo, no había nada mejor que esto en un momento así. Aún es temprano así que el sol no calienta tanto como para que sea molesto, pero aún así, extrañaba la playa. Cuando descendí por primera vez fue en un lugar con playa y me encantaba ir a pasear ahí. Había tenido que dejarlo para poder perseguir mi sueño pero lo extrañaba. Y aquí puedo tenerlo, este es en verdad un buen lugar.

Saco la cabeza del agua y me aparto el cabello de la cara y entonces la veo. Debajo de mí hay una...

- Sirena *-*

Me sumerjo para verla mejor, muy emocionado.

No podía parar de nadar, de un lado a otro. Siempre con una sonrisa dibujada en mi rostro. Estaba muy tranquila y tan distraida que no note que habia alguien más hasta que lo tuve enfrente mio, mirandome con sorpresa. En un primer momento me asuste e intente irme, pero luego volví simplemente viendolo. Si fuese malo al instante hubiese intentado capturado y luego mirarme, pero si se quedo mirandome sin hacer nada para retenerme tal vez no era una mala persona. Dudando un poco lo salude con la mano, con una pequeña sonrisa algo forzada. Pense que considerando que no tenía cola de tritón probablemente no pueda oirme bajo el agua.
Luego de mirarlo por unos minutos decidí salir a la superficie, el tipo estaba algo tildado y no sabía si en verdad él podía estar tanto tiempo bajo el agua, Pense que si estaba tan sorprendido viendome, si salia a la superficie me seguiria.

Me sumerjo al ver a la sirena y la miro curioso pero aunque me acerco, mantengo un poco de distancia porque no quiero asustarla ni que piense que quiero hacerle daño. Me empieza a faltar aire y salgo a la superficie de nuevo pocos segundos después de que ella lo haga. Jadeo, intentando recuperarme y le sonrío ampliamente.

- Hola , soy Ban. Siento haberme quedado viéndote, pero es que no había visto antes una sirena y me... etto... me emocioné ^^U

Sonrío un poco apenado por lo que hice pero es que no puedo evitar portarme como niño muchas veces.

Lo mire con preocupación cuando salió. ¿Estas bien? Le pregunte algo preocupada. Luego se presento. Le sonrei. Mucho gusto Ban, yo soy Bahiya. Le dije con una sonrisa de lado, me preocupaba un poco que me haya visto, me daba un poco de miedo, aun no estaba acostumbrada a esto. Se disculpo por la forma en que me miro. Esta bien, no te preocupes, supongo que no se ven sirenas todos los días Me encogí de hombros. ¿Nadas siempre a esta hora? Le dije algo extrañada.

Asiento, apenado cuando pregunta si estoy bien. Debo parecer un loco por lo curioso que me muestro.

Nos presentamos y me disculpo por ponerme en ese plan de curioso bobo.

- Pues no, en realidad no había nadado aquí antes. Y tenía de hecho mucho tiempo sin nadar. Desde que descendí en un lugar de Japón con mar. Ah, soy ángel por cierto. ¿Tú vives aquí? Me refiero a en el mar.

Lo consideraba justo, teniendo en cuenta que yo ya sé que es sirena. Y pues... me parecía extraño presentarme diciendo mi raza, será porque antes viví entre humanos.

Lo escuche atentamente. ¿Ángel? Wow, eso es genial, volar y eso. Nunca había visto a un ámgel y una vez que tenía uno enfrente mío no se le veían las alas. Me pregunto si yo vivía en el mar. Negué con la cabeza. No, vivo en una casa, común y corriente, como cualquier persona normal. Me encogí de hombros. No es que soy sirena todo el tiempo, puedo convertirme cuando yo lo deseo. Miré al rededor por si había alguien mas. Zona completamente despejada, aunque aquí podíamos andar libremente, tenía mis miedos.

Sonrío contento al ver que mi raza es bien apreciada. Los ángeles somos especiales y de poder escoger, elegiría ser lo mismo. Me gusto como soy, al menos en cuanto a raza, porque defectos tengo, como cualquiera.

- A mí me parece genial poder respirar bajo el agua como tú.

Me imagino que Bahiya vive en el mar, pero no es así. Escucho sorprendido, pero después de todo, yo no vivo tampoco en el Cielo.

- Vaya...

Lo de que se pueda transformar cuando quiera me emociona.

- ¡Oh genial! Bueno yo igual puedo guardar mis alas. Es mejor porque cuando vives entre humanos sería imposible. ¿Siempre has vivido aquí?